lunes, 5 de noviembre de 2012

Ruta Imperial (MTB)

Por fin saco un rato para escribir la crónica de la Ruta Imperial. Después de varios días espero poder recordar los principales detalles, aunque sinceramente muchos de ellos se me olvidaron nada mas terminar, y otros con la matada que llevaba encima no llegaron siquiera a quedar en la memoria de corto plazo.

Antes de nada, esta ruta me ha servido para comprobar dos cosas:

  1. Tener fondo y piernas de corredor no es lo mismo que fondo y piernas de ciclista. Mi visión simplista de que como en los dos deportes se utilizan las piernas, con correr voy sobrado, ha quedado desmontada en estos 70 kms.
  2. Cuando los organizadores ponen "nivel técnico alto", es por algo no porque sea una frase hecha.


Para que os hagáis una idea del perfil y del recorrido.

Sobre la ruta, a las 8:30 estaba en San Lorenzo de El Escorial preparado para recoger mi dorsal, ese dorsal de color verde que diferenciaba la ruta "expertos" de 70 kms de las otras dos: 15 y 45 kms. Veo a mi alrededor diferentes tipologías de corredores con ese color verde, algunos con pinta de expertos y otros con menos pinta de ello... supongo que el resto de corredores me ven e incluyen en la segunda categoría; mi culote corto a pesar del frío, mis piernas con pelos, mi ropa de runner y mi bici B-Pro (entre los carbonos y aluminios high-quality que se ven en la salida) me delatan.

Mi compañero Tejera, su sobrino Raúl y yo nos plantamos en la salida unos 15 minutos antes de la hora (9:30). Tenemos una posición razonable dentro del "pelotón"; todos tenemos claro que es una ruta no competitiva, pero igualmente tenemos claro que eso solo vale cuando vas roto y lo puedes utilizar a tu favor; hasta ese momento todos intentamos ir lo más rápido posible. Es algo que va aparejado al sexo masculino, incluso cuando entrenas procuras adelantar a cualquiera que te cruces poniendo cara de sobrado... lamentable pero cierto, y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Raúl, Tejera y yo, en la "tensa salida" de la prueba "no competitiva"
Es mi primera incursión en una prueba de este estilo, cuando se da la salida, me paso los primeros 200 metros sin meter los pies en los pedales automáticos, cada dos por tres hay algún frenazo y veo una caída en medio del pelotón. Parece ser que el de atrás le ha hecho el afilador. Consigo esquivarlos y comenzamos a subir por las calles de San Lorenzo. Localizo a Tejera, que va como unos 50 metros por delante y voy a por él (lo sé, es no competitiva...). Raúl debe ir unos metros por detrás, pero con tantos ciclistas, como mire para atrás, pico suelo fijo.

Cojo a Tejera y comenzamos a subir el monte Abantos. Por ahora perfecto, esto es lo mío, carretera y una subida con rampas razonables. Sobrado (ya lo pagaré mas adelante). En una curva vemos a Raúl, su ritmo subiendo es un poco más lento, asi que seguimos nosotros. Adelantamos a algunos ciclistas y nos adelantan otros, pero en términos netos la sensación que tengo es de ir adelantando ciclistas. Bien, está claro, mi fondo de runner me va a permitir salvar el día con honra (error de principiante como he dicho antes).

A media subida (aprox. kilómetro 6 o 7) las conversaciones se reducen drásticamente, ya no hay demasiadas bromas en el pelotón, la gente prefiere resoplar a hablar... joder con Abantos... Las últimas rampas son bastante serias pero las salvamos bastante bien. Aún el pelotón no se ha estirado del todo, y hay que seguir teniendo cuidado con no chocar. En el último kilometro las rampas suavizan bastante, pero el aire de la cima no hace cómodo el falso llano.

Por fín, hemos llegado a Abantos. El punto más alto del recorrido. Ahora nos esperan unos 10 kilómetros de descenso que van a pasar volando... que gran mentira. El descenso se va a convertir en un infierno. Nos lanzamos por un sendero/camino lleno de piedras grandes y de todo tipo (que incluye a las de picos... vamos de las que acojonan). En este punto de la narración, y para no ser injusto con Tejera voy a dejar de usar el plural... él se lanza por el camino, mientras que yo me arrastro... Pierdo de vista a Tejera, solo ha necesitado unos 200 metros para desaparecer. Él baja como un tiro, mientras que mi ya legendaria torpeza bajando en las carreras a pie por montaña, alcanza tintes épicos cuando es sobre una bicicleta. No hago más que escuchar "izquierda", "derecha", y me pasan corredores por ambos lados. Solo quedó que me pasaran por encima. A Tejera por supuesto no le vuelvo a ver hasta el avituallamiento sólido del kilómetro 30.

Voy dándolo todo, me lanzo a lo kamikaze (eso es lo que tengo en mi cabeza), pero teniendo en cuenta que me pasó todo el mundo visto desde fuera el patetismo del descenso debió de ser importante. Por fin, después de unos kilómetros de infierno en los que rozo la hostia varias veces, y en los que me duelen las manos como si me las estuvieran pisando, llegamos a una carretera. Avituallamiento líquido en el que no paro. Tengo agua de sobra. Hace una rasca que como para beber estoy...

Empiezo a tener claro que el nivel técnico no es el mío. Llevamos 20 kms y estoy un poquito hasta los coj... de mi bici. Bueno, no de mi bici, mi quemazón es con las piedras...

Bajamos unos metros y nos metemos por unos senderos de nivel técnico medio, que llanean un poco y que... atraviesan varios riachuelos de varios metros de ancho y con hasta 50 cms aproximadamente de profundidad.

Me paro en el primero de ellos. No se ve el fondo, no sé si cubre mucho o si hay piedras. Me chillan: "voy" y veo a un par de corredores que lo cruzan. Allá que voy. Me meto en el riachuelo, y a medio camino tengo que poner el pié en el suelo para no caerme. Cojonudo, ya tengo el pié entero calado y, por cierto, el agua está "fresca". Menos mal, al menos he salvado el riachuelo... error, aún quedan como dos o tres más. Estos los paso sin problemas, pero ya tengo los dos pies empapados.

Mi nivel de "hasta las pelotas" está subiendo rápidamente. Sube más rápido este nivel que la velocidad a la que descienden los kilómetros. Este es el primer momento en que me planteo que coño hago aquí. Voy solo, por caminos por los que no pasaría nunca y mojado. Buen domingo, sin duda.

Llaneamos por unos senderos con alto nivel técnico. Como no puede ser de otra forma, pico suelo dos veces. Gracias a Dios la velocidad es tan lenta que simplemente caigo como un saco de patatas de lado, por eso los daños son mínimos. Tengo que andar algunos metros porque me veo incapaz de pasar por ahí con la bici.

Cogemos un rápido tramo de carretera y luego una especie de pista. Esto sería lo mío, pero estoy ya un poco quemado... Al rato llego al avituallamiento del kilómetro 30. Tejera ya está allí desde hace un rato. Cojo algo de comida y me siento en el suelo a comerme mis productos "energéticos", unas galletas Oreo. Vamos a esperar a Raúl. Llegan montones de corredores, algunos bastante rotos... joder, aún nos quedan 40 kms. Como sean de este estilo...

En el avituallamiento. Como véis, devorando mis Oreo.
Como unos 25 minutos después llega Raúl. No tiene muy buena cara, pero tiene una determinación acojonante. No piensa en retirarse (este punto es de no retorno, retirarse después es más complicado). Va a seguir. Nosotros nos vamos ya porque estamos helados; estoy tiritando como un niño, hace años que no recuerdo tiritar así, pero el sudor, el frío y el parón no ayudan.

Nada más salir del avituallamiento, rampitas de subida de regalo y luego un rápido descenso con una especie de rizo en mitad de la bajada que ocasiona que el ciclista que va entre Tejera y yo se pegue una buena hostia. Sin saberlo, este "héroe" me ha salvado a mí de una hostia igual. Gracias a que veo que se cae, freno en seco y paso el rizo andando. Pregunto que tal está, y me comenta que bien, que siga que no le pasa nada. Así lo hago y veo un par de ciclistas que han picado suelo en este mismo sitio y que se han debido hacer daño porque ya no montan sino que arrastran la bici andando.

En una subida, gracias a Dios sin piedras.
Cojo a Tejera que me espera. Esto va a ser la tónica general hasta el siguiente avituallamiento (kilómetro 50) cada vez que el camino desciende o se vuelve medianamente técnico. Joder, con lo torpe que soy yo y mi compañero controla la bici de flipar... ¿será porque su bici es una Trek de carbono?... (no, esto solo vale para consolarme yo)

Pasamos por varios tramos con subidas muy pronunciadas en las que arrastramos la bici mientras subimos andando... ¿esto es ciclismo? Parece ser que sí, pero hace que me plantee que sentido tiene esto de arrastrar penosamente una bici en una cuesta arriba que haces... ¡andando!

Así llegamos al segundo avituallamiento. Nos lo tomamos con calma. Cojo una barrita energética, medio plátano y un poco de fuet. 10 minutos de descanso y seguimos. Son las 14:00 horas, nos quedan 20 kms, tengo unas entradas para ir al cine a las 18:00 con mis hijos y mi mujer me espera en Madrid para comer... la ruta se me ha ido de las manos.

Salimos del avituallamiento y... joder que cuesta. Unos 3 o 4 kilómetros de subida que me matan. Tejera sube mejor y, a su ritmo, se empieza a marchar. Yo llevo al "hombre del mazo" en mi espalda. Que bajón me acaba de dar. A media subida empiezo a encontrarme mejor. Deber ser que el avituallamiento empieza a entrar en el cuerpo. Me recupero y empiezo a encontrar mi ritmo cómodo... bueno cómodo, cómodo es el sillón de casa; quería decir que me recupero y punto.

Vamos por una pista, que hace que los kilómetros pasen más rápido. Quitando algún sendero de bajada o subida técnicos, que hacen que siga cagándome en todo, el resto es razonable.

Llego a la zona de la Silla de Felipe II en el Escorial, perfecto, ya veo el monasterio a lo lejos. Queda poco, pero a mi GPS se le acaba la batería, cojonudo, ahora ya no sé lo que queda. Además, pasamos por zonas muy técnicas con roca madre, que me las ando casi al completo con mis zapatillas de ciclismo con suela dura... Estoy hasta las narices de piedras y a estas alturas de ruta ya no pienso caerme.

Por fin, llego a San Lorenzo. Tejera lleva un rato en la meta. 4 horas y media dando pedales. Bastante satisfecho: conmigo por haberlo conseguido, y con la bici por haber llegado entera...

Prueba superada.
A pesar de todo, el año que viene, si puedo, repetiré. Hay que mejorar la técnica, pero ¿que sería de nosotros si no nos ilusionásemos de vez en cuando con chorradas de este tipo?

Por cierto, finalmente, después de hacer la ruta, por su distancia, perfil técnico, desnivel y porque necesitas "rascar" una mañana entera de un domingo (teniendo dos hijos), claramente esta salida en MTB voy a incluirla entre mis "desafíos extremos".

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